Una madre cansada

Poesía a una madre

Me levante una mañana triste sin saber por que
la mañana era bonita yo no la podía ver
mis ojos estaban tristes mis piernas se me doblaban
y mi corazón sufría pues mi vejez se acercaba,
me mire ante un espejo y mirándome mi cara
contemplé que la belleza el tiempo se la llevaba
pues solo le pido a Dios que me deje la del alma.
Para repartir cariño. A todo el que le haga falta
y reunir a mis hijos ,en el patio de mi casa
y contarles todas las cosas que de chicos les pasaban
que feliz es una madre cuando están todos en casa
y cuando se van marchando cada uno para su casa.
Que triste se queda el patio esperando otra mañana
a ver si alguno de ellos se asoma por la ventana
a ver si vienen los nietos preguntando por la yaya
y el abuelo que los siente a el se le cae la baba
los nietos son alegría que a los abuelos le hace falta
para dedicarles el tiempo que al padre no dedicaba
por culpa de su trabajo para tirar de su casa
y ya termino estas letras de una madre cansada,
para decirles a sus hijos que los quiere con el alma,
que mientras su madre pueda no les faltará
de nada .

La Cencerrada

LA CENCERRÁ

Hace mucho tiempo en los pueblos era costumbre de darles la cencerrada cuando un viudo o viuda se casaba con una soltera soltero, se juntaba todo el pueblo con pitos, caracolas marinas y cencerros para organizas la fiesta. Se ponían todos en la puerta y le cantaban:

¿Quien se ha casado?

el tio Antonio el colorao

¿ con quien?

con la de Graná

que siga la cencerrá.

Y así tocaban y tocaban asta que le abrían la puerta y se “embitaban” todos y que daban amigos.Se ponían muy alegres.